Estoy demasiado viejo para esto
Luego de haber participado en múltiples balaceras (tiroteos), arruinado los planes de delincuentes internacionales, poner al descubierto tramas de corrupción, sobrevivido a un sin fin de explosiones e incluso ganar un combate contra un ninja experto en asesinar a cuanto oponente tuviera al frente; el detective Roger Murtaugh se sentaba junto a su compañero y amigo Martin Riggs, para decir por enésima vez aquella frase, que de seguro muchos de los que crecieron por los mismos años que yo recordarán en su forma real (aunque en este artículo debamos usar un eufemismo para hacerla apta de ser incluida en una revista cristiana), la que rezaba: "Estoy demasiado viejo para esto". La referencia, por si no te has dado cuenta, es a la pelicula "Arma Mortal" (en su traducción al español de Latinoamérica) o "Lethal Weapon".
Corria el año 2006 y como en tantas otras ocasiones, algunos amigos de la iglesia me invitaron a una vigilia "de jóvenes que se realizaría en una conocida iglesia en Santiago de Chile. Por supuesto que acepté la invitación yjunto a Jorge, Yasmin y Susana me dirigí al lugar donde estaríamos desde las 19 horas del día viernes hasta las 06 horas (aproximadamente) del día sábado, alabando y adorando a nuestro Dios. Ya había estado en bastantes jornadas como esa y sabía lo que se venía por delante; sin embargo, más o menos a las 3 am de la mañana, las fuerzas ya no me acompañaron, el sueño casi me vencía y tuve que sentarme junto a Susana para recuperarme un poco. En ese momento, vino a mi cabeza la frase del sargento "Roger Murtaugh" y mirando a mi amiga (quien tenía más o menos la misma edad que yo) le dije: "¿Te das cuenta que ya "estamos demasiado viejos para esto?" Ella solo fijó en mí sus ojos y sonrió.
Con el pasar de los años he tenido la oportunidad de servir en diferentes áreas del ministerio cristiano y en la actualidad tengo la bendición de ser pastor de la FeG en Stuttgart, Alemania. Hubo un tiempo que trabajé como profesor de religión en un colegio cristiano. Con 21 años de edad comencé allí y fue a los 27 años que enfrenté una de las más tristes realidades que he tenido que enfrentar en la vida. Una chica de 13 años, no conforme con mi decisión, exclamó las palabras que me hicieron aterrizar a una nueva realidad: "Este viejo no entiende nada". "Viejo", con 27 años! Por supuesto, si lo vemos desde la perspectiva de ella, claro que era viejo. Ese día hice un recuento y me di cuenta que ya no entendia todo lo que los alumnos adolescentes decían (lo que si pasaba cuando comencé a trabajar a los 21 años como profesor). Es más, por aquellos años habían tendencias y nuevas modas entre los adolescentes de las cuales yo ni siquiera me había enterado. Así que, con pesar en mi corazón tuve que asumir que "estaba demasiado viejo para eso".
Es que, queramos o no, siempre nos llegará ese día en que algo o alguien nos despierte de golpe a la realidad de nuestra distancia con las nuevas generaciones. Yo NO me siento viejo. Me miro al espejo y veo a una persona "llena de experiencias, pero NO viejo. Sin embargo, en honor a la verdad debo reconocer que ya pertenezco a una generación anterior a la de aquellos que hoy podemos clasificar, con todo derecho, como adolescentes y jóvenes. Podría resistirme a esa verdad y hacer lo que algunos, con el sindrome de "Peter Pan", hacen; a saber, no aceptar mi realidad y hacer todo lo que esté a mi alcance para parecer más joven. Claro, que en última instancia aquellas personas solo resultan, en el mejor de casos, siendo un "viejo cool" para aquellos que en realidad son más jóvenes. No sé si quiero verme como un "viejo cool" o vestirme como se visten aquellos que tienen 15, 20 6 30 años menos que yo. En realidad, no sé si quiero seguir vistiéndome como lo hacia cuando tenía 15 ó 20 años, porque es muy probable que solo provocaría risas y miradas avergonzadas.
De todas formas, es una realidad que cada uno de nosotros envejece y queda des-contextualizado de la generación que le sigue. ¿Quiere decir eso que ya no puedo ser relevante para las siguientes generaciones? ¿Tengo que asumir que ya no puedo alcanzar con el mensaje del Evangelio de Jesucristo a las nuevas generaciones porque no las entiendo? O, ¿debiera tratar de reinventarse para seguir estando vigente para una generación que al mirarme sabe, a ciencia cierta, que soy más viejo y que no tengo los gustos ni las preferencias que ellos tienen? Siempre la respuesta más simple será o, "por supuesto, debemos re-inventarnos y alcanzar a las nuevas generaciones de la manera en que ellos necesitan ser alcanzados", o, "necesito reconocer que es tiempo de dar paso a aquellos que sí pueden alcanzar a la nueva generación, porque son parte de ella". Antes de intentar dar una respuesta, permitanme reflexionar sobre un personaje muy interesante de la Sagrada Escritura. En el libro de Josué, en los versos del 6 al 12 del capítulo 14, dice:
Los descendientes de Judá se acercaron a Josué en Guilgal. El quenizita Caleb, hijo de Jefone, pidió a Josué: "Acuérdate de lo que el Señor dijo a Moisés, hombre de Dios, respecto a ti y a mí en Cades Barnea. Yo tenía cuarenta años cuando Moisés, siervo del Señor, me envió desde Cades Barnea para explorar el país y con toda franqueza le informé de lo que vi. Mis compañeros de viaje, por el contrario, desanimaron a la gente y le infundieron temor. Pero yo me mantuve fiel al Señor mi Dios. Ese mismo día Moisés me hizo este juramento: "La tierra que toquen tus pies será herencia tuya y de tus descendientes para siempre, porque fuiste fiel al Señor mi Dios".
Ya han pasado cuarenta y cinco años desde que Señor hizo la promesa por por medio de Moisés, mientras Israel peregrinaba por el desierto; aquí estoy este dia con mis ochenta y cinco años: iel Señor me ha mantenido con vida! Y todavia mantengo la misma fortaleza que tenía el dia en que Moisés me envió. Para la batalla tengo las mismas energias que tenía entonces. Dame, pues, la región montañosa que el Señor me prometió en esa ocasión. Desde ese día, tú bien sabes que los y fortificadas. Sin embargo, con la ayuda del Señor los expulsaré de ese territorio, tal como él ha prometido. Entonces Josué bendijo a Caleb, hijo de Jefone, y le dio por herencia el territorio de Hebrón. A partir de ese dio per herencia el territo ad queminita Caleb, hijo Jefone, porque fue fiel al Señor, Dios de Israel.
¿Qué pasó aquí? Un hombre de 85 años pidiendo una región montañosa, dominada por otro pueblo y que contaba con ciudades enormes y fortificadas. Mi cufñado, el hermano de mi esposa, le hubiese dicho "mejor vaya a descansar y disfrute de sus nietos". No quiero ofender a nadie, pero lo más seguro es que la mayoría de nosotros al llegar a los 85 años lo menos en que estaremos pensando es en "conquistar" una nueva tierra. ¿Qué pasó? Josué aceptó la petición de Caleb y este último se apoderó del territorio. Es muy probable que al llegar aquí no falte el que se pregunte "¿qué pasó con dar paso a la siguiente generación?" O, "¿cómo es posible que Caleb no tuviera la suficiente visión para entender que su tiempo había pasado y que debía dejar que los más jóvenes asumieran las responsabilidades que corresponden?". Es más, estoy seguro que alguien está pensando "¿pero qué tiene que ver esto con alcanzar las nuevas generaciones?" Tiene todo que ver.
El asunto es que Caleb no hizo todo el solo. Hubieron otros más jóvenes que él, que tuvieron que ir a conquistar las ciudades y cumplir la visión que Caleb tenía al pedir aquella tierra. El anciano lider fue quien marcó la visión, quien hizo las gestiones necesarias y quien "dio la cara" frente a los líderes de la nación para asegurar a la siguiente generación el poder luchar por "poseer la tierra que el Señor le había prometido. La lección para mí es clara. Hay momentos en los que aún debemos ir a la guerra junto a quienes son más jóvenes que nosotros, junto a la nueva generación; sin embargo, con el paso de los años es necesario reconocer que ya estamos demasiado viejos para esto" y ser los gestores para que las nuevas generaciones asuman los desafios a los que nuestro Dios nos ha llamado. No todo sueño que recibamos del dador de sueños (citando a Bruce Wilkinson y su excelente libro "El Dador de Sueños") lo veremos nosotros mismos realizado o seremos nosotros mismos quienes Dios use para alcanzarlo. Lo que nos corresponde es asegurarnos de entregar a la siguiente generación la visión y las oportunidades que necesitan para cumplir el sueño de Dios para SU Iglesia.
Somos UNA Iglesia, UN Cuerpo. No se trata de MI visión o MI llamado, se trata del sueño de Dios, en el cual Él nos permite participar por un tiempo determinado, en muchas ocasiones para asentar las bases necesarias para lo que deben construir los que vienen después de nosotros. Debemos servir a nuestra generación "conforme al propósito de Dios" (Hechos 13: 36) y asegurarnos de llegar hasta donde Él desea que lleguemos. Debemos poder decir junto con el apóstol Pablo "(...) he peleado la buena batalla, he terminado 7) en la fe." No podemos perpetuarnos en una posición porque quedaremos obsoletos y tarde o temprano vendrá alguien que nos dirá, como a mi me dijeron, "este viejo no a entiende nada", pero tampoco podemos renunciar nuestra responsabilidad de poner la cara" por la siguiente generación y abogar delante de Dios, y de quien sea necesario, para asegurarnos de que ellos puedan ir a la conquista de la tierra que el Sefior nuestro Dios nos ha prometido y que espera que nuestros descendientes conquisten. Podría terminar aquí este artículo y creo que ya sería suficiente para que reconozcamos cuáles son los "Desafios de alcanzar a las nuevas generaciones": sin embargo, como aún me queda espacio y tiempo, permitanme enumerar de manera explícita esos desafios.
1. Reconocer que se trata de Dios y NO de nosotros. Somos parte de algo más grande que nosotros mismos, somos partes de lo que Dios está haciendo con SU Iglesia y en ningún momento el Señor que nos llamó nos ha prometido que "edificará nuestro reino, que tendremos un cetro eterno"; el único que recibió esa promesa fue nuestro Señor Jesucristo, todos los demás debemos reconocer que se trata de Él y no de nosotros.
2. Entender nuestro rol dentro del sueño de Dios. NO es nuestro sueño, es el de Dios y se nos ha asignado una posición, un rol que cumplir, en un tiempo específico de la historia, para que ese sueño se cumpla.
3. Aceptar nuestra edad, fisica y espiritual. No tratar de perpetuarnos en una juventud que ya no tenemos. NO necesitamos ser un "viejo cool", necesitamos aceptar que viene una nueva generación a la cual ya NO pertenecemos, pero que necesitan de nosotros para ayudarles en el proceso de alcanzar el sueño de Dios para SU Iglesia y "dar la cara" por ellos frente a quien sea necesario, para que esa nueva generación tenga la posibilidad y las herramientas para continuar la obra de Dios, para la cual nosotros tal vez ya somos un poco viejos.
4.Disfrutar de lo que Dios está haciendo y seguirá haciendo con nuestras vidas. Si estás leyendo este artículo es porque aún sigues "de este lado del sol y todavía no legas a la patria celestial; por lo tanto, mientras el Señor te tenga en el escenario de esta tierra, necesitas seguir cumpliendo el plan que El tiene para ti. No te angusties porque ya estás demasiado viejo para algo, porque eso quiere decir que estás listo para otra cosa que hasta hoy no habías podido alcanzar, Cada vez que asumimos que una etapa de nuestra vida se cierra, debemos ver que otra comienza y disfrutar de los lindos recuerdos que nuestro pasado nos entrega, a la vez que disfrutamos de los nuevos desafíos que Dios pone frente a nosotros. Disfruta de la región montañosa" que está ante tus ojos y pídele a tu Señor que te la entregue para conquistarla.
5. Continuar peleando la buena batalla. Aún quedan batallas que librar, aún queda una generación joven a la cual impulsar, aún no podemos bajar los brazos y descansar, porque aún se nos necesita en el frente de batalla espiritual para acompañar a aquellos que están comenzando en estas lides. Alza tus ojos, mira a tu alrededor, ponte al lado de aquellos más jóvenes que necesitan de un mentor, de un amigo, de alguien a donde ir cuando las cosas se "pongan feas" (y de seguro que se "pondrán feas"). Sé ese líder, ese pastor, ese amigo que te hubiese gustado tener a la edad de aquellos que hoy ves que surgen como la nueva generación que Dios está levantando para continuar con su obra y extender su reino para la gloria de su nombre.
Aaahhh, antes de terminar, permíteme contarte que Roger Murtaugh, el co-protagonista de "Arma Mortal", siempre terminaba ganando las peleas, atrapando al malo de la película y regresando con su familia; no se jubiló hasta que lo jubilaron. No dejó de ir por una nueva aventura hasta que "desde arriba" (los mandos altos en la policía) le dijeron que se terminó el servicio para él. ¿Ves a dónde voy? Hay una nueva generación, tenemos desafios frente a ello y es posible que estés cansado y sientas que ya "estás demasiado viejo para esto", pero mientras "desde arriba" no se nos dé la orden de "jubilar", mientras no se nos llame "al hogar", solo nos resta seguir trabajando por la extensión del reino de Dios junto a la nueva generación que Él está levantando. Si Roger Murtaugh pudo, a pesar de considerarse demasiado viejo para esta $$%&/#+*, ¿cómo no podremos nosotros si Dios nos ha enviado? El verso 31, del capítulo 8 de la epístola a los Romanos, dice: ¿Qué diremos frente a esto? Si Dios está de nuestra parte, ¿quién puede estar en contra nuestra?
Si Dios nos ha llamado y está de nuestra parte, NO existe desafio que pueda impedirnos alcanzar a las nuevas generaciones, aunque estos desafios nos exijan evaluar y re-evaluar la manera en que hoy estamos relacionándonos con aquellos más jóvenes.

